GEOPOLÍTICA ACTUAL DEL AGUA, ÁMBITO DE CONFLICTO MUNDIAL
“Si las
guerras del siglo XX -fundamentalmente- se libraron por el petróleo, las del presente siglo XXI se combatirán por el agua.”, vaticinó en 1995 Ismail
Serageldin, vicepresidente del Banco Mundial.
1.-INTRODUCCIÓN
El agotamiento y creciente escasez del agua en el mundo, las recurrentes sequías y el aumento constante de las necesidades ponen de manifiesto la esencia geopolítica de este recurso a todos los niveles, de forma que el control y utilización de este líquido vital ( “oro azul”) constituye una fuente de conflictos locales, regionales, nacionales e internacionales. Por otro lado, se establece de hecho una pugna entre agentes diversos con intereses antagónicos, pues unos consideran el agua como un bien comercializable que puede y debe ser privatizado, mientras que otros sostienen que se trata de un bien social y un derecho fundamental de las personas.
2.-CONSIDERACIONES
GENERALES SOBRE EL PROBLEMA ACTUAL DEL AGUA
No es
exagerado afirmar que la característica más significativa de la cuestión
hídrica en la actualidad sea precisamente la creciente escasez de agua dulce y
potable en el mundo, hecho que sin duda va a tener repercusiones económicas y geopolíticas.
Dicha escasez hídrica se debe a cuatro factores fundamentales:
1.) Gran crecimiento demográfico, lo que
conlleva un mayor consumo de agua humano, agrícola, industrial y turístico.
2.) Gran contaminación ambiental, toda vez
que existen 15.000 kilómetros cúbicos de agua contaminada en el mundo porque a
diario se arrojan desechos en los ríos, lagos y lagunas, al mismo tiempo que
también se ven afectados los acuíferos por los residuos generados por las
actividades humanas.
3.) Crecimiento de la pobreza y falta de
saneamientos, ya que el no acceso al agua dulce y potable hace proliferar mucho
más las enfermedades.
4.) Bruscos cambios climáticos, puesto que
a diario se comprometen los recursos hídricos debido a la intensidad y
recurrencia de sequías e inundaciones.
En este sentido, el agua aparece como uno de los mayores problemas
geopolíticos del recién comenzado siglo XXI, pues su creciente escasez ( que
acaba con el tópico de que sea un
recurso infinito) se revela como un reto
acuciante para la centuria que se avecina, al exigir esto un consumo muy
eficiente y racional de él. Esto prevé e un aumento espectacular del precio del
agua.
No se debe olvidar al
respecto que el cumplimiento de varios de los objetivos de Desarrollo del
Milenio de las Naciones Unidas para el año 2015 están íntimamente relacionados
con la disponibilidad de agua potable y saneamientos idóneos.
Véase
también los conceptos de “ agua virtual” y “huella hídrica” en el apartado de
páginas webs relacionadas.
3.-
CONFLICTOS GEOPOLÍTICOS INTERNACIONALES
Se estima
que en 2025 la demanda de agua en el mundo puede ser un 56 % superior al
suministro, hecho que sin duda dará lugar al desencadenamiento de luchas y
conflictos entre grupos con intereses contrapuestos y a diferentes niveles:
local, regional, nacional y mundial.
Sobre todo esas “guerras de agua”, se generaran en el “mercado de la sed”, prioritariamente
de los países más pobres.
Según
el Informe “El agua, una responsabilidad compartida”, elaborado por la UNESCO
en 2006, las fuentes de potenciales conflictos hídricos son las siguientes:
1.) Escasez
(permanente o transitoria).
2.) Diferencias de fines y
objetivos.
4.) Falta de comprensión o
desconocimiento de circunstancias y datos.
5.) Relación de poder
asimétrica entre localidades, regiones o naciones.
6.) Falta de datos
significativos o cuestiones de validez y fiabilidad.
7.) Asuntos específicos de
política hídrica (construcción de presas o desvío de cursos de agua).
8.) Situaciones de ausencia de
cooperación y conflicto de valores, especialmente los referentes a la
mitología, la cultura y el simbolismo del agua.
En los últimos cincuenta años ha habido 1.831 acciones
relacionadas con el agua, la gran mayoría conflictivas y no cooperativas.
3.1.- PALESTINA -
ISRAEL
De estos
conflictos hostiles, más de treinta han tenido lugar en Oriente Próximo, donde
la tradicional lucha por el “oro negro” está siendo sustituida de forma
progresiva por la disputa por el “oro azul” pues en ningún lugar del mundo se
aprecia de forma tan contundente el conflicto latente del agua como en los
territorios palestinos ocupados por Israel. La población palestina representa
la mitad de la israelí, pero consume sólo entre un 10 % y un 15 % del agua. Cabe
indicar que los colonos israelíes de Cisjordania utilizan casi nueve veces más
agua por persona que los palestinos.
Esta situación
actual hunde sus raíces en periodos históricos, aunque siempre con una obsesión
latente para los diferentes gobiernos hebreos: el control de las fuentes de
abastecimiento hídrico. Desde que en 1948 una resolución de las Naciones Unidas
propició la creación del estado de Israel, la preocupación por el suministro de
agua ha sido constante.
A principios
de la década de los años sesenta del siglo XX bombardeó una presa siria en
construcción que desviaría para de un afluente del río Jordán en el Golán, lo
que limitaría la llegada de agua a Israel. También bombardeó un canal que
levantaba Jordania para aprovechar las aguas de otro afluente del Jordán.
La Guerra de
los Seis Días permitió a Israel conquistar Cisjordania, Gaza, el Sinaí y los
Altos del Golán, apoderándose de importantes fuentes de abastecimiento hídrico.
En el Golán, arrebatado a Siria, pasó a controlar el lago Tiberíades y la mitad
de las riberas del valle del río Yarmouk, principal afluente del Jordán.
Incluso no
faltan analistas que en los continuos ataques de Israel a Líbano ven el
propósito de apoderarse del río Litani, cuyas caudalosas aguas son navegables
en casi toda su longitud.
Ver apartado de páginas webs relacionadas.
4.-
CONCLUSIÓN: ¿EL AGUA, PROPIEDAD PÚBLICA O PROPIEDAD PRIVADA?
Para
solucionar el actual y futuro problema hídrico, debido a la creciente escasez y
al constante aumento de la demanda de agua en el mundo, el Banco Mundial ha
propuesto que este recurso sea tratado como un producto como el petróleo o el
oro y que, por lo tanto, sea explorado y desarrollado como tal por la empresa
privada, hecho que significaría que casi de forma inmediata los precios serían
impagables por una parte muy grande de la población mundial. Si se privatiza la
utilización del agua de forma generalizada, ¿cómo pagarán ese servicio las
miles de millones de personas pobres en el mundo que no tienen ni tan siquiera
dinero para alimentarse? Aunque en aras de un menor despilfarro sea necesario
cobrar parte de esos servicios, lo fundamental es comprender que el agua es un
bien público, como el aire y el sol, y también un derecho humano, no una
mercancía.
Actualmente muchas propuestas se centran en
reconocer que el agua es un patrimonio común de la humanidad, considerar el
acceso al agua como un derecho humano y propiciar su utilización sostenible.
Estas ideas constituyen la base contra la privatización de los recursos
hídricos y con el objeto de asegurar la equidad y la participación social de
las comunidades con el fin de mantener un dominio público del líquido y
revertir cualquier proceso de privatización en su distribución y gestión.
Los recursos
hídricos constituyen los cimientos sobre los que se asienta el tan reclamado y
publicitado desarrollo sostenible, al mismo tiempo que los ecosistemas y el
sustento humano dependen de un uso eficiente y racional de este líquido vital y
cada vez más escaso y precioso. Por lo tanto, no sólo es necesario preservar el
agua, sino hacer también una distribución más equitativa y mejorar su calidad.